Avanzo casilleros hacia atrás, revelando paredes adultas que un día deshabite en tiempos que creí que replegarse no podría permitir avanzar… Contemplo atenta, veo como dicen… Su mirada no ha mudado de aires. Sorprendente poder del espacio físico donde se despliega la existencia, consintiendo nuestra conexión con aquel otro tiempo.
Sitios que hospedaron un sentir, que cuentan historias con la exactitud que solo ellos, detenidos en el tiempo, pueden ofrecernos.
Extraño fenómeno ese encuentro… espejo de fantasías transitadas, subsistimos en la mirada silenciosa de esas paredes cómplices que firmes, consiguen transbordarnos a una realidad que perdura y existe en la memoria, en el correr de la sangre, en el palpitar del corazón, en la paradójica negación de los sueños que ocuparon con ansias a este andar de hoy, mundano cansado de ambición.
Vamos así transitando casilleros, fundando esos nuestros espacios, independientes del poder del tiempo, espacios que establecen lazos invariables con esencias de momentos que serán eternamente albergadas en ellos.